En los últimos años nos hemos enfrentado a un cambio único en la historia. El avance de la tecnología ha superado con creces nuestras expectativas y ha cambiado por completo nuestra forma de vida en todos los ámbitos. 

Hace apenas 15 años, la mensajería instantánea no existía y la forma de comunicarnos era muy diferente a la inmediatez que nos proporcionan las herramientas actuales. 

Las Tecnologías Inmersivas están empezando a jugar un papel principal en el cambio del paradigma tecnológico, permitiéndonos cubrir necesidades que hasta el momento eran imposibles, pero esto no ha hecho más que empezar. Según un informe de PWC, las Tecnologías Inmersivas experimentan un crecimiento, de 95B$ en 2020, 460B$ en 2025 y más de 1.500B$ para el año 2030, crecimientos de este calibre sólo se han visto con internet o el smartphone. 

La entrada de la realidad mixta nos va a permitir sustituir nuestro dispositivo móvil por unas gafas y tener al alcance del “ojo”, interactuar con cualquier elemento físico que nos rodee. En el ámbito empresarial son muchas las soluciones que se están empezando a implantar con estas tecnologías, en el caso de la producción en masa, se utiliza la realidad mixta a través de gafas, para ir guiando al operario en el proceso de fabricación, permitiendo realizar teleasistencia por parte de personal cualificado y recibiendo una formación práctica. Este tipo de dispositivos, además de permitir al operario tener las manos libres, le dan acceso a gran cantidad de información relacionada con las tareas que debe desempeñar. Imaginad el ahorro de costes que supone esto. 

 

Las posibilidades de las Tecnologías Inmersivas no conocen límites y formarán parte de nuestro día a día en menos de 5 años. Nos espera un apasionante futuro tecnológico, en el que, igual que hace un par de décadas, no somos capaces de imaginar a medio plazo lo que nos espera, ya que será de ciencia ficción. Nos deslizamos hacia un futuro de realidades fusionadas que cambiarán el imaginario global.